El post de hoy posiblemente no le importe a nadie pero en parte lo hago para mí propio desahogo. No me importa que no se lea, sinceramente, pero se lo quiero dedicar a todas mis compañeras de trabajo que se merecen esto y mucho más.
Después de 6 años me tengo que despedir de ellas. Seis años de risas, confidencias, discusiones, horas extras, etc. Estas personas que empezaron siendo compañeras y que ahora con el paso del tiempo las puedo considerar amigas y se que nunca las voy a olvidar. No me voy porque quiera, porque no quiero, pero por diversas circunstancias la empresa en la que trabajábamos (no sólo crisis, aunque todo afecta) deja de ser lo que era y nos tenemos que ir al paro. No solo nosotras, también 65 personas más, porque aunque me refiera a ellas, aquí se ven afectada mucha gente.
Hace unos días, os dije que por diversas circunstancias estaba mal. Pues aquí tenéis el motivo que a veces me impedía hacer posts, porque el ánimo lo tenía por los suelos. Y es que sé que va a ser muy difícil encontrar a compañeras como ellas, porque desde el primer día me trataron genial. Las voy a echar muchísimo de menos, y aunque suene raro, lo que más me duele es perderlas a ellas. A veces la vida te da estas vueltas y con lágrimas en los ojos os digo: “OS VOY A ECHAR MUCHÍSIMO DE MENOS, CHICAS”.
Hoy estoy aquí para recoger mis papeles y por fin poder cobrar algo, porque aunque no lo creáis llevaba 5 meses sin cobrar mi sueldo. Así que, este será el último post que voy subir desde aquí, una vez que lo haga cogeré una caja, con todas mis cosas, y me iré a tomar el último café con mis niñas.
A partir de aquí voy a coger un mes sabático para pensar que voy a hacer con mi vida, y después tengo que reorganizarla. El blog va a seguir igual, quizás un poco a trompicones, pero va a seguir.
- Eva -